Aunque el tiempo pasa y la pandemia ha obligado a cambiar la vida y las planificaciones de la comunidad mundial y deportiva en especial, el joven valdiviano Benjamín Herrera Álvarez (17 años, 1.90 metro) continúa soñando con palabras y desafíos mayores en el mundo del básquetbol. Luego de una permanencia de poco más de un año en la Academia de Desarrollo de la NBA (NBA Academy Latinoamérica) en Ciudad de México, a mediados de marzo y a consecuencia de la pandemia, se vio obligado a regresar a Valdivia. “Apenas comenzó la emergencia sanitaria en América del Norte, nos enviaron de vuelta a todos”, indica. Así es como ahora en casa y junto a la familia sigue su preparación, a la espera del llamado que lo lleve de regreso a Norteamérica.
En noviembre de 2018, los números y juego del promisorio base del CDV Benjamín Herrera en el Sudamericano U-15 de Uruguay llamaron la atención de veedores de la NBA. 11.2 puntos, 7.6 rebotes y 5.5 asistencias por partido no pasaron inadvertidos. Fue invitado a conocer las instalaciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento que la liga N° 1 del mundo tiene el Ciudad de México y en enero del año pasado comenzó su aventura.
Pese a la experiencia ya acumulada, desde ver su primer partido hasta compartir con jugadores de la NBA, “Benja” mantiene la sencillez y claridad de quien hace un par de años era un promisorio deportista escolar. Siempre con Europa y Estados Unidos como objetivos a cumplir en su devenir junto a la pelota anaranjada, entrena y estudia a distancia, al igual que sus 15 compañeros procedentes de México, Irlanda, Brasil, Uruguay, Venezuela y Canadá.
BÁSQUETBOL Y ESTUDIOS
¿Cómo se las arregla con los estudios? Herrera indica que está cursando el equivalente al segundo semestre de Cuarto Año Medio y que el ritmo de estudio no ha cambiado, ya que en México también lo realiza online, en una plataforma estadounidense. “Tenemos profesores que nos ayudan y acá sigo igual, nos reunimos vía zoom para las dudas”, explica.
“En México aprendí a valorar las cosas que uno tiene a su alrededor, la familia, los amigos de todos los días, los entrenadores que tuve por muchos años y analizo que pude aprovecharlos más, pero nunca me eché a morir y me adapté rápido, agrega. Y acerca del trabajo técnico explica que el grupo trabaja con un staff multidisciplinario: “Tenemos un head coach y entrenadores asistentes, kinesiólogo, preparados físico, nutricionista, psicólogo. Están con nosotros todo el año y acompañan los entrenamientos de 5 a 6 horas diarias, de lunes a viernes. O sea, vivo para el básquetbol y mis estudios”. Solo tiene libres los fines de semana.
En este trayecto, Benjamín Herrera indica que sus progresos técnicos y físicos son evidentes. El grupo participa regularmente en torneos y campus junto a otros grupos. “Durante tres semanas nos enfocamos en el desarrollo del juego y luego, en la cuarta semana disputamos campeonatos en México y la mayoría de las veces campamentos en Estados Unidos. Por ejemplo, el año pasado jugamos un torneo paralelo a la Final Four junto a las academias NBA de China, Africa, a la vista de cientos de coaches universitarios. En octubre, en los juegos de la academia tuvimos cinco días de partidos ante miles de coaches, en la cancha de entrenamiento de los Atlanta Hawks”, explica.
EN SUS SUEÑOS
El base valdiviano recuerda que durante su niñez jamás pensó siquiera en ver un partido de la NBA “en vivo. Pero cuando llegué a la academia estaban los juegos de la NBA en México y fuimos al partido de Chicago Bulls con Orlando Magics. Quedé loco, porque además el día que entrenamos conocimos a los jugadores. Otra oportunidad fue para un torneo en Rhode Island, donde fuimos a ver un partido de los Celtics”.
¿Qué le depara el futuro? Este año terminará la educación media y originalmente, luego de esa graduación queda en condiciones de ir a una universidad. “Si necesito un semestre más, puedo seguir en la academia. Además, como muchos deportistas antes de entrar a la universidad dedican un año completo a jugar y entrenar, también es una posibilidad”, explica.
Mientras tanto, sigue entrenando en casa junto a su hermano Matías y ambos recibieron hace poco el apoyo del Programa Promesas Chile del IND. Su sueño sigue siendo “el de todo basquetbolista: llegar a la NBA, pero mi objetivo es ir a Europa. Con eso me siento cumplido. Si llego a la NBA, mucho mejor”.
Por estos días, cuenta las horas hasta que la situación de la pandemia mejore en América del Norte. Y un llamado telefónico le confirme que debe tomar el próximo vuelo. Para seguir edificando sus sueños deportivos.
Fuente: soychile.cl
Publicar un comentario