Santiago.- El ala-pívot Manuel Suárez, jugador de la Universidad de Creighton en la NCAA, integrará la selección de Chile que jugará la III ventana de los Clasificatorios al Mundial FIBA China 2019, fase que se desarrollará el 29 de junio frente a Colombia y el 2 de julio contra Venezuela, en la ciudad de Valdivia.
“La Federación de Básquetbol de Chile (FebaChile) le da la bienvenida a Manny (su nombre en inglés) a su casa. Para nosotros es motivo de orgullo que él haya escogido, por elección, defender la camiseta de Chile, siendo alguien que también podía jugar para España o Estados Unidos”, fueron las palabras de Don Irán Arcos, presidente de FebaChile.
De 2.08 metros y nacido en New Jersey, Estados Unidos, Suárez viene de actuar en el sistema universitario con el quinteto de Creighton. En su último año con el equipo de la primera división de la NCAA, el jugador de 24 años, promedió 3.2 puntos y 2.7 rebotes en 23 juegos. Sin embargo, su mejor cosecha fue en 2017 con las Panteras de Adelphi, organización de la segunda división universitaria. Con los felinos, brilló con 16.9 puntos y 7.8 rebotes en 30 juegos, 29 como titular.
Chile disputa, actualmente, un cupo para avanzar a la segunda ronda de los clasificatorios a la Copa del Mundo. La Roja del Básquet se ubica tercera, con 5 unidades, en un Grupo B que comparte con Brasil (8), Venezuela (7) y Colombia (4). Un triunfo de la selección nacional sobre su rival cafetero el próximo 29 de junio, sellaría su pase a la siguiente instancia.
¿Quién es “Manny”?
De profesión nutricionista, Manuel Suárez reconoció que, desde pequeño, soñaba con visitar Chile. Entre clases, estudios, competencias y viajes, nunca pudo completar su anhelo. Eso, hasta ayer, cuando a las 5:00 de la mañana pisó suelo chileno, en Pudahuel. Era su primer contacto físico con el país que vio nacer a su mamá. Llegó para iniciar su incorporación con la Roja del Básquet.
Señaló que su estado físico es óptimo. De aquel problema cardíaco que lo inquietó en 2015, dice estar superado. “De mi salud estoy al 100%. Hace tres años tuve un problema en el corazón, pero todo está bien. Fue algo que me asustó mucho, pero ya lo superé. No imagino mi vida sin el básquet. Si debo morir en el algún sitio, que sea en una cancha. Lo demás no importa”, reflexionó.
Para él, usar la camiseta del país en el que nació su mamá es un gran honor. “Mi mamá quería que jugara para Chile. Yo no tuve problemas con eso. Soy medio español y medio chileno. Había escuchado sobre el deseo de las autoridades chilenas para que jugara con Chile y me dije: Vamos, vamos a hacerlo. No había que pensar nada más”, aseguró.
De cómo será su integración con el resto del equipo, Manuel habló con seguridad. Ayer, un día en el que aprovechó para conocer parte de la cultura chilena montándose en el metro, conversó con el entrenador de la adulta Claudio Jorquera. Destacó de él que “tiene un gran IQ (coeficiente intelectual) de básquet. Sabe mucho de básquetbol”. De sus futuros compañeros, adelantó que los entrenamientos servirán para conocerse y acoplarse, aunque sabe que será un proceso duro. Está confiado en que llegarán lejos con la selección.
Sobre lo que pueda aportar al equipo, se describe como un jugador alto que se puede desempeñar en los puestos 3, 4 y 5. Posee un notable juego exterior. “Yo voy a salir a la cancha para poner todo. Pondré sangre, sudor y lágrima”. Advierte que esto no es un juego para él, “es una cosa de vida. Es mi religión”.
En cuanto a su futuro profesional, afirma que “quiere mirar el mundo”. No le cierra la puerta a jugar en Chile, Venezuela, Australia, Argentina o cualquier país que le dé la oportunidad. “Puedo evaluar cualquier oportunidad de trabajo”. Sin embargo, por ahora, solo se concentrará en su presente con la selección nacional. “Tengo 24 años. Soy joven aún”, finalizó el jugador que este año fue víctima de varias tallas o bromas entre sus compañeros universitarios por ser el jugador “más viejo” que actuó esta temporada en la NCAA.
Prensa FebaChile
@FebaChile
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