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sábado, 14 de abril de 2018

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"Uno debe estar consciente que un día puede estar en la cresta de la ola y luego caerse"


Su humildad no deja de sorprender a todos quienes lo escuchan. Y es que Rubén Pablo Magnano no es uno más en el mundo del básquetbol. Director técnico de la Selección Argentina de Baloncesto que fue subcampeona del planeta en Indianápolis 2002, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y líder de lo que al otro lado de la Cordillera se considera una "Generación Dorada", con figuras tan enormes como Scola, Nocioni o el mismo Ginóbili. Brasil también supo de su trabajo y de los éxitos, consiguiendo con la selección de ese país el oro Panamericano de Toronto 2015.
Por estas horas, Magnano se encuentra visitando Valparaíso como protagonista de una clínica dirigida a entrenadores de baloncesto, producida por la consultora deportiva "Formativa" en asociación con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Se le escucha reposado, mientras explica que "por opción propia" se marginó de las canchas duranteesta temporada, reconociendo que "si bien tuve alternativas sentía que ya era hora de anclar con la casa, porque he estado mucho tiempo alejado de ella y de mi familia".
Es la segunda vez que visita el Puerto, mientras se muestra orgulloso de conocer las cuatro casas de Pablo Neruda en Chile. "La Sebastiana es un lugar maravilloso", asegura, mientras, sin ningún problema, acepta sacarse fotos con algunos hinchas que lo reconocen.
- ¿Cómo se convive con tanto éxito?
- Convivo de manera muy natural y tranquilo. Yo tuve un gran maestro como lo fue Walter Garrone, quien en todo momento me advirtió de tener muchísima mesura al momento de tener ataques de éxito.
- Pasó años triunfales e intensos al frente de la Selección Argentina de Básquetbol.
- Sí, pero uno debe estar siempre consciente que así como un día uno puede estar en la cresta de la ola, luego se puede caer. Insisto, hay que estar muy atento a los ataques de prosperidad porque si uno no se maneja con criterio puede ser muy peligroso. Eso sí, yo convivo con mucha gratitud de la gente y eso es un combustible diario que me hace no sentarme.
- Una gratitud que también es admiración por lo conseguido.
- Es que las cosas que en su momento se lograron tuvieron ciertamente un carácter épico. Sólo pensar que son apenas cuatro los países que lograron un oro olímpico en el básquetbol ya es un indicio muy grande de lo sucedido.
- Usted conoció muy jóvenes a Scola, Nocioni y al mismo Ginóbili. ¿Alguna vez se imaginó la altura que alcanzarían a nivel mundial y en la misma Selección?
- Pensarlo no. Yo fui primer asistente de la dirección técnica de la Selección Argentina desde el año 1992, desde el preolímpico de Portland. Fueron ocho años antes de asumir el cargo de entrenador y en todo ese período pude evaluar y percibir muchas cosas de ellos y del grupo en general. Me sirvió para entender la forma en que debía llegar a ellos y poco a poco empezamos a soñar con algo importante.
- Pero antes de las luces y los triunfos ya dejaban en claro que se trataría de jugadores de excepción.
- Es cierto. A muy corta edad ya se podía ver en ellos una llama de intención de hacer algo importante.
- Pasados los años, ¿cuál fue su importancia en los éxitos de la "Generación Dorada" del básquetbol argentino?
- Los técnicos siempre vamos a tener trascendencia, sin embargo, de las dos parte involucradas en el juego la menos importante es uno. La materia primera es la que brilla y de eso no hay duda.
- Dicen que su estilo al frente de los equipos es de "mano dura".
- No creo que tanto. Lo que pasa es que se confunde la mano dura con una cuestión muy natural que se llama trabajo... tan sencillo como eso. No hay nada que supere a la calidad e intensidad del trabajo.
- Una buena mezcla de talento y categoría.
- El talento no te garantiza el éxito. He conocido a muchos talentosos que por trabajar poco se quedaron en el camino y a muchos que con menos talento, pero que se mataban en las prácticas, llegaron muy arriba. Si mezclas trabajo con talento el éxito está asegurado.
- Uno de los problemas que tenemos en Chile es que la jornada escolar completa deja muy poco espacio para que los chicos conozcan los deportes, ya que se prioriza la matemática y el lenguaje.
- Es un gran y grave error. No se puede dejar fuera de la educación a la educación física o al deporte, el ejercicio físico activa todo el organismo. La matemática, los idiomas o el castellano son importantes, pero hay que atender la parte física del chico.
- Otra de las dificultades se da al momento de ingresar a la universidad. ¿Alta competencia o estudios?
- Depende mucho de la carrera, e incluso hoy se ha fomentado la educación a distancia y no presencial. El tiempo es, ciertamente, un factor muy problemático. No quiere decir que no se pueda, pero la verdad es que si un joven decide ser profesional en su actividad es un hecho que se vuelve cuesta arriba el seguir en los estudios.
- ¿Qué cualidad debe tener un buen entrenador de básquetbol?
- Debe ser susceptible al aprendizaje. El mundo cambia a minutos y uno tiene que estar, por obligación, actualizándose ya que uno tiene a 20 niños o jugadores y hay que prepararse... no sólo uno es técnico, sino también un facilitador del éxito.

Clínica para 200 entrenadores

Rubén Magnano no se encuentra solo en su visita a Valparaíso. El exentrenador de la Selección de Básquetbol de Argentina está acompañado del también trasandino Ricardo Bojanich, todo un referente en materia en la etapa formativa de la disciplina a nivel sudamericano. Ambos liderarán una clínica que arranca hoy en el gimnasio de la PUCV y que espera contar con la presencia de sobre 200 técnicos de baloncesto (chilenos, ecuatorianos, argentinos y peruanos).
"Lo que pasa es que se confunde la mano dura con una cuestión muy natural que se llama trabajo... tan sencillo como eso. No hay nada que supere a la calidad e intensidad del trabajo""


 "No se puede dejar fuera de la educación a la educación física o al deporte... el ejercicio físico activa todo el organismo. La matemática, los idiomas o el castellano son importantes, pero hay que atender la parte física del chico""
años que marcaron a Magnano como DT de la Selección Argentina de Básquetbol: el 2002 fue subcampeón mundial y el 2004 fue oro en las Olimpiadas de Atenas.

Fuente: El Mercurio Valparaíso

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