En todos los deportes donde hay clubes de por medio, los hinchas quieren ver a su equipo campeón. Es la esencia, el fuego que moviliza a los fanáticos y fanáticas. En el arranque de la Liga Nacional en Chile, varios clubes ya despacharon a varios jugadores extranjeros -en su mayoría estadounidenses- producto del bajo rendimiento de éstos o porque no cumplieron con las expectativas del cuerpo técnico y de los dirigentes.
Lo cierto, es que en muchos casos se han puesto en práctica formas reñidas con la ética deportiva, que a la larga se transforma en un uso común amparado por todos los actores, incluyendo los mismos jugadores, que al final agachan la cabeza, disfrazando el mal trato con la típica frase “así es este negocio”.
Hay varios casos donde a plena luz del día y sin miramiento alguno, directivos anuncian la partida de un jugador, agregando de paso que pronto darán más información sobre su reemplazando. Minutos más tarde, viene la sorpresa total: el nuevo jugador ya está arreglado e incluso en la misma ciudad del club.
Para los hinchas, claro está, son noticias buenas; lo mismo para el cuerpo técnico y para qué hablar de los directivos. Sin embargo, en toda esta vorágine se pierde el pudor y las buenas costumbres. Claro está que nadie quiere perder y que todos quieren ganar, pero por lo menos debe aplicarse un criterio que garantice buenas prácticas.
En todo este entramado, hay perdedores -sabemos quiénes son- y ganadores, aunque hay uno que sobresale: el agente.
En el país aún no hay transparencia en este aspecto y basta con escudriñar un poco para confirmar que en algunos casos hay duplicidad de roles y con intereses cruzados. Es decir, juegan a dos bandas, siendo una de ellas donde aparece tu supuesto adversario deportivo. ¿Quién regula esta situación?
Otro tema acá es el del dinero.
En ligas profesionales cien por ciento, con los presupuestos no se juega. Sin embargo, en nuestro continente, se apuesta mucho a futuro, desconociendo los dirigentes que al final esto es un deporte y que hay un montón de variantes que ellos, ni los hinchas, ni nadie, puede controlar.
Por eso, es que la responsabilidad financiera debe ser un tema que la Liga debe abordar de manera profunda, ya que es el pilar para sostener el producto que al final tiene como base los clubes. Si hay insolvencia, bueno, ya sabemos en cómo termina el cuento.
Al existir esta zona gris, aparecen personajes informales que, como sabemos, juegan con la desesperación e ilusión de quien tiene una necesidad urgente (dinero). A esta altura ya saben a quién o quiénes nos referimos.
Los refuerzos extranjeros siempre ha sido tema de debate, pero la ansiedad de mejorar el equipo o darle mayores posibilidades, hace que se caigan actuaciones cuestionables, tanto en lo personal como en lo financiero.
Otro punto acá es la reglamentación en los contratos y permisos respectivo, que el año pasado derivó en la suspensión de la liga por algunos días mientras se regularizaba tal situación -aunque hay una trama de fondo-.
Con esta vorágine de cambios, sustituciones o reemplazos comenzó la liga para algunos clubes.
Fuente: http://www.pasionaranja.cl/2018/10/19/agentes-dinero-dirigentes-y-jugadores-desechables/?fbclid=IwAR3kQ7dppUbL1JVxZxrThM83QmesKFRfnrXX2QVVcVQKnua2zwA09L6HwzU
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